En el futuro los educadores debemos convertirnos en guías de los estudiantes, para esto debemos buscar herramientas que vayan acorde con la tendencia del comportamiento de las personas, actualmente se ha tomado consciencia de la neurociencia, de los comportamientos de las personas basadas en sus emociones es por esto que una buena herramienta como enseñantes sería incluir la Meditación en nuestros procesos de enseñanza.
El mindfulness es una técnica de relajación que nos enseña a tomar conciencia plena de nuestras emociones con el fin de eliminar la frustración o ansiedad que produce el no poder cambiar ciertas situaciones.
Desde mediados de los años 70, numerosos estudios legitiman a la meditación como herramienta para alcanzar el equilibrio interior, mejorar la concentración, favorece la conciencia corporal, eliminar hábitos perjudiciales, etc. La meditación ayuda a detectar la inquietud de la mente, que muchas veces produce una imagen distorsionada de sí mismo y dificulta la atención y la concentración.
Aprender bien pasa por concentrarse, por darse cuenta de que la mente viaja, de que puede alejarse y regresar al foco con la pausa. De cuando en cuando, es necesario ser capaz de parar, de detenerse, de llegar al silencio, de tomar conciencia del cuerpo y de reconocer las sensaciones y de relacionarlas con emociones, sentimientos y palabras. Esta es la base del desarrollo de las habilidades sociales. ¿Cómo van los alumnos a trabajar en equipo, si no son capaces de identificar qué sienten al entrar en contacto con diferentes personalidades? Necesitan experimentar y trascender sus límites personales en interacción con los demás. Esos límites se superarán desde la calma y la relajación, no desde el bloqueo o la presión.
Como educadores debemos tomar importancia en esta herramienta que es la Meditación, ya que nuestra labor y mayor reto es ser guías para que nuestros alumnos puedan desarrollar, por su propia cuenta, una educación con base en la conciencia. Desde mi punto de vista, podemos enlazar esta hermosa herramienta del Mindfulness con el “aprender haciendo”, teorías que nos dejaron Fraire, Dewey, Montessori y otros grandes personajes.
Debemos tratar de incluir una meditación guiada a nuestros alumnos, lo ideal seria hacerlo desde los primeros niveles de aprendizaje, es decir, desde kínder o nidito, sin embargo, nunca es tarde para aplicarlo ya que incluso seria mas simple hacerlo en nuestros alumnos en educación superior ya que estos ya tienen conciencia y manejo de lo que es la atención por cierto ciclo de tiempo. En los niños sin embargo debemos buscar métodos para que puedan llegar a concentrarse en la meditación durante cierto periodo de tiempo, es ahí donde la creatividad del enseñante juega un rol importante, sin embargo, una vez que la meditación se haga un hábito será un gran aporte a la vida de nuestros estudiantes, incluso como se mencionó líneas arriba, puede desarrollar de una mejor forma lo que es aprendizaje constructivo al tener más conciencia social a la hora de la toma de decisiones.
Para terminar, quiero hacer alusión al siguiente texto: “El saber no define toda la educación, porque apenas alcanza lo interior de lo exterior. El ser es el centro de la educación y su experiencia es clave para ordenar la periferia. En nuestra falsa sociedad del conocimiento, esta toma de conciencia es crucial; y, como siempre, es más oportuna que nunca”. Agustín de la Herrán Gascón (Profesor de la Universidad Autónoma de Madrid.)
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